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Clases de baile para niños

Bailar enseña a los más pequeños a expresarse a través del movimiento.

Clases de baile para niños

¿Estás buscando una actividad divertida y al mismo tiempo educativa para tu hijo? Las clases de baile para niños son una opción divertida y dinámica.

La danza ofrece muchos beneficios en edades tempranas. Los niños además de pasárselo bien, hacen ejercicio y descubren una forma sana de expresarse.

En las clases de baile los niños suelen aprender coreografías sencillas acompañadas de canciones que les gusten y que puedan cantar. Se trata principalmente de motivarles para que asocien la danza a una actividad divertida.

Es un momento para relacionarse con otros niños a través de la expresión corporal manteniendo una dinámica de juego.

A lo largo de este post, iré resolviendo algunas de las preguntas que se plantean los padres a la hora de apuntar a sus hijos a clases de baile.

¿Cuál es la edad recomendada para empezar a bailar?

Bailar es recomendable a cualquier edad, de hecho es un acto reflejo. Los bebés bailan incluso antes de aprender a andar. Otra cosa, es que a partir de determinada edad, inhibamos nuestras ganas de bailar por vergüenza.

Ahora bien, si estamos pensando en clases de baile, recomiendo hacerlo a partir de los 4 años.

Es una edad en la que los niños están en pleno desarrollo psicomotriz y son capaces de integrar, y memorizar movimientos con facilidad.

¿Cuál es el mejor baile para niños?

Evidentemente depende de la edad del niño. En este caso, como estoy pensando en niños de hasta 12 años, no elegiría ninguna disciplina en concreto.

Me parece más interesante que aprendan diferentes estilos y que ellos mismos vayan decidiendo cual les gusta más.

De esta forma, entenderán la actividad como un juego y aprenderán a estar en una clase de danza estructurada, y aprovecharla. Su toma de contacto con el baile tiene que ser divertida para que quieran repetir cada semana.

Disciplinas

Este es un tema que me ha hecho pensar mucho. Al igual que en la literatura o en el cine, no todas las danzas no son para todos los públicos.

En el caso de los más pequeños, no soy partidaria de disciplinas muy exigentes que puedan dañar las articulaciones, ni de danzas con componentes sensuales o sexuales.

Hago mención a esto último, porque algunos de los estilos que triunfan entre el público más joven tienen esa carga erótica bien en la letra de las canciones, o en el tipo de movimientos. Creo que es importante dejar a los niños ser niños.

Me inclino por danzas divertidas, con trasfondo cultural y de gran carga expresiva. En ese sentido, las danzas populares brasileñas son muy ricas. Cuentan con una gran diversidad de ritmos y además son muy diferentes entre ellas.

El afro brasileño, la samba (Río de Janeiro), el maracatu (Pernambuco) y el axé (Bahia) además de divertidas, son danzas grupales que ayudan a establecer relaciones con los compañeros de clase.

Por otro lado, incrementan notablemente la agilidad, la elasticidad y coordinación.

Las danzas brasileñas priorizan la expresión respecto a la técnica, lo cual es una ventaja en las clases de baile para niños. Van a percibir avances muy rápido e irán tomando conciencia de la capacidad de su cuerpo a través del movimiento.

Beneficios de la danza en los niños

Si tienes la suerte de que a tu hijo le gusta bailar, te recomiendo que le apuntes a clases de baile para niños cuanto antes. De esa forma, interiorizará la danza como algo natural.

El baile a nivel físico, además de ser una actividad deportiva muy completa, permite regular la intensidad de los movimientos en función de las cualidades de cada uno.

Ya a nivel psicológico nos aporta muchos beneficios extrapolables a diferentes áreas de nuestra vida. La danza es disciplina, trabajo en equipo, constancia, superación… Y a un nivel más profundo nos comunica con lo emocional. Es el perfecto vehículo para identificar y exteriorizar sentimientos.

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¿Cómo es una clase de baile para niños?

Aquí hay dos aspectos a tener en cuenta: el aprendizaje de las diferentes danzas y la educación de los niños. Estos son algunos de los puntos para conseguir ambas cosas.

Disciplina

A pesar de que al principio pueda ser un poco caótico, en poco tiempo, los niños entienden la dinámica de la clase. Eso les permite disfrutar y pasarlo bien cada vez que vengan a bailar.

El método para conseguir su atención durante una hora, consiste en establecer una sencilla rutina: calentamiento, juegos, baile en grupo, baile individual y estiramiento.

Ritmo

Si bien el ritmo es algo innato, es importante aprender a interpretarlo. Me refiero a saber contar los tiempos de la música y comenzar a bailar en el tiempo correcto.

Una forma sencilla de desarrollar el sentido del ritmo es dar palmas o contar en voz alta hasta 8.

Otro método consiste en aprender la letra de la canción, es una manera divertida para interiorizar y dar sentido a la música.

Trabajo en equipo

Esta es una de mis prioridades. Para que un grupo funcione, tiene que haber armonía dentro del mismo y esa labor, corresponde únicamente al profesor.

Es fundamental fomentar el espíritu de equipo y que los niños comprendan que la fuerza reside en el grupo.
El niño tiene que sentirse una pieza fundamental dentro de la clase y al mismo tiempo, saber que el resto también lo es.

En este punto, las coreografías, los movimientos en canon, los ejercicios en pareja… Son potentes herramientas para trasmitir el mensaje de grupo.

Coordinación

Al igual que con los mayores, la coordinación se va adquiriendo con la práctica. Se empieza con movimientos sencillos que poco a poco se van complicando.

El objetivo es que los niños tomen conciencia de su cuerpo y desarrollen su capacidad de disociación.

Elasticidad

La elasticidad es una de las cosas que primero se adquiere y además no requiere de esfuerzo.

A base de trabajar los mismos movimientos cada día, el cuerpo comienza a aumentar su capacidad clase a clase.

Colocación corporal

Para que un movimiento sea fluido, requiere colocar el cuerpo de una forma determinada. Es algo que suele costar al principio pero con el tiempo se automatiza.

Aquí el trabajo consiste en la repetición hasta que el cuerpo asimila la postura correcta.

Una forma de tomar conciencia es plantear un movimiento y repetirlo colocando el cuerpo de diferentes formas. Generalmente, el secreto está en el ángulo de las rodillas, la forma de apoyar los pies y dónde se coloca el peso.

OBJETIVOS:

• Hacer ejercicio de forma divertida, que sea un juego.

• Dar rienda suelta a la creatividad con el movimiento.

• Trabajar la musicalidad, el ritmo y la coordinación.

• Tomar conciencia del cuerpo y aprender a disociarlo.

• Potenciar la seguridad emocional, identificando y expresando sentimientos con la danza.

• Aprender a interactuar dentro de un grupo y relacionarse de forma saludable.